viernes, 18 de julio de 2008

El suelto ha vuelto

Hoy me levanté jurando que era viernes. Y siendo jueves sigo enojada por semejante error.
Y no es que los viernes sean de felicidad completa para mi… es que simplemente mañana no quiero venir a trabajar. Y si… cómo se imaginarán, estoy en el trabajo. Y no estoy trabajando. Estoy escribiendo.
Pero resulta que si mañana llego con el ánimo NO trabajador que me cargo en este preciso momento, estoy segura de que no pasa ni una semana y yo estoy fuera. Desempleada.


¿A qué viene todo esto?


A que todos tenemos malos ratos en el trabajo y obligaciones que en realidad detestamos cumplir. Pero nos toca.
Entonces no entiendo ¿por qué rayos, si yo tengo que cumplir también con la parte de mi trabajo que no me gusta, la otra gente no?
Y quién es esa “otra gente” a la que me refiero?
Pues esos, que cuando intento pagar me salen con la trillada frase de: ¿No tiene sueltitos?
Cómo me estorba esa gente (si, leyó bien, ESA gente).
Estamos acostumbrados al maltrato. Estamos acostumbrados a que la señora de la tienda no nos venda porque pagamos con un billete de $10. Nos encanta sentirnos desvalidos con un billete de $20 porque nadie nos va a dar vuelto.

Subirme a un taxi se ha convertido en fuente de relax. Sé que voy a pelear con cualquier taxista. Lo sé. Simplemente le pago con un billete de $10 y se desata la bronca. Y si, busco la bronca. Es mi estado natural.

Su responsabilidad como taxista es tener limpio el auto, tener los papeles en regla, manejar bien, conocer las calles y tener sueltos. En cambio mi responsabilidad como cliente es no ensuciarle el auto, ser cortés, saber exactamente a dónde quiero ir y tener dinero para pagar. Es un intercambio, ni usted me hace un favor al llevarme, ni yo le hago un favor al subirme en su taxi. Así que cumpla con su parte del trato y haga el favor de darme vuelto de ese billete grandooooote (¿se notó el sarcasmo?) que le di.

Eso es lo que generalmente inicia la pelea, porque invariablemente el taxista, señor de la tienda, señora del restaurante, señor de la panadería y un largo etc, de gente incompetente, no solo que no me quieren cobrar, sino que se enojan ¡porque no tienen sueltos pues! .
Y luego, muy campantes los incompetentes esos, pretenden que yo acepte un caramelito a cambio, o que yo pague 3 dólares en lugar de $1,80 que marca el taxímetro o, lo que más me indigna, que sea yo la que vaya a cambiar el billete.

Ja!... ahí es cuando exploto. Olvídense, eso no va a pasar nunca. Jamás voy a ir a cambiar un billete para pagarles. Ese es su trabajo. Trabajo que debe ser realizado ANTES de abrir su negocio o empezar a manejar su taxi. Si, ANTES.
Tómense 1 hora, vayan al banco y cambien lo que necesiten para que no se ganen el sobrenombre de incompetentes que les queda al pelo.

Antes simplemente yo despotricaba y como no me cobraban, pues me iba con la convicción de que se me arruinó el día. Hoy tengo una estrategia mucho mejor: arruinarles el día a los incompetentes.
No me bajo del taxi, no me voy de la tienda sin lo que quiero y no cambio el billete yo misma. Señor, usted verá que hace, pero yo no voy a sufrir porque usted no hizo todo su trabajo. Allá usted.

Se quedan fríos, no saben qué hacer, sus pequeños ojitos incompetentes miran hacia la derecha, miran hacia la izquierda con desesperación y al final aunque no quieran, YO gano y ellos pierden, porque así debe ser. No porque yo sea YO y ellos sean ellos (los incompetentes), sino porque YO cumplí mi parte del trato y ellos no. Toda estupidez tiene consecuencias. O me regalan lo que debería ser cobrado o sacan esos sueltitos tan adorados de los bolsillos.

Yo no colecciono monedas, cuando tengo sueltos, pago con eso… no entiendo porqué ellos coleccionan centavos. Ah!, es cierto!, porque nunca van al banco a cambiar los billetes grandototes! . Porque son incompetentes.

Y eso de darme caramelitos o una mentita a cambio... acepto siempre y cuando me caigan bien, sino se arma la bronca y es muy probable que yo intente darles un par de caramelos que siempre llevo conmigo en lugar de pagarles. ¿Se siente estafado?, ¡pues yo también señor!.

Muchas veces me han dicho que debo ceder y que entienda y que bla, bla, bla… pero ¿quién sale beneficiado en el caso de no reclamar?. Nadie. Ellos seguirán maltratando a sus clientes y yo me sentiré estafada siempre. Peleo por el bien común… y porque me gusta.

La tolerancia no es mi fuerte, tengo un carácter explosivo, a veces busco bronca, pero esta vez sé que tengo razón. He dicho.

(¿Se notó que escribí esto el jueves y recién lo publico hoy, viernes?, es que a pesar de que no haya tenido ganas de trabajar, me tocó. Y yo no quiero que me tachen de incompetente.)


6 comentarios:

Di dijo...

mmmm... rayos no se me ocurre una situación de esas... o no me acuerdo (y no me acuerdo que desayune hoy)... pero también me encanta pelear, así que ahora tengo un amigo a quien le hablo (y que me habla) cuando tenemos ganas de pelear por nada... el es terco y yo más... cuando me canso me doy la vuelta y me voy y así hasta la próxima...

Nando dijo...

Kill `em all...
La idea es hacer que los otros exploten...
Nosotros miramos desde el asiento trasero.

ta ta

Nacho dijo...

A mi me caían bien los taxistas hasta que:
1) me pasó lo que acabas de escribir...
2) me gritó el chofer porque según él, cerré la puerta con indelicadeza
3) me puse a conversar con ellos, hasta que me tocaron dos tipos que resultaron ser orgullosos pedófilos

Ya ni más les veré con los mismos ojos.

Y bueno... a mí siempre me alegra el día una mentita.

Anónimo dijo...

Pues diferencia de actitud entre la tendera y el taxista si hay. Normalmente la "veci" te dice lo del caramelo en buena onda, mientras el taxista trata de ser lo más hijo de puta posible.

Debe ser porque siempre puedes devolverle la lata de atún a la de la tienda mientras es imposible devolver la carrera.

Ahora, eso de no tener novio y andarse peleando con cada taxiboy que se le cruce a uno me parece que tiene una ligera conexión ;)

Petite dijo...

obviamente!... la conexión es evidente y me place reconocerlo! jajaja!... esto es cuestión de género (de hijos de puta)

Guli dijo...

Detestables!!!