domingo, 22 de junio de 2008

La vida sigue

5 de la tarde, típico aguacero quiteño posterior a una mañana soleada.

Que huevada, en días como estos quisiera que mis pantalones no se llevaran la mitad de la lluvia de la calle cuando camino. Otros días en cambio quiero salir y chapotear, acompañada.

Hoy no, hoy quise ver desde la ventana de ese monstruo de edificio semi amigable… semi porque al entrar empapada, con cara de aguacero interno, el guardia me miró sospechoso. Quién sabe, capaz le di pena en realidad. O capaz vio que si me impedía la entrada yo le caía a golpes gracias a mi bronca contra el mundo… porque si, solo porque si.

Porque si fuera más grande andaría por la vida gritando “¡Qué chuCcha me ves!”, pero tengo miedo y me limito a vagar con las bastas llenas de agua.
En fin… me siento frente a una ventana, la más alejada de la gente, de ese monstruo semi amigable, y veo cómo a una chica se le quedó la llaves del carro dentro… se preocupa, llama, camina, lluvia, lluvia, lluvia, llega gente, batallan, abren, todo felicidad, ella se va, la vida sigue.


Yo sigo… sigo sentada dentro del monstruo… talvez debería estar afuera, la lluvia no es tan mala, de vez en cuando cae bien. En todo caso estoy empapada y da igual si cae bien o no… al final estoy mojada y punto. Tengo miedo y punto.
Luego, la señora que tiene paquetes. Sola no llega hasta el auto. Pero le ayudan, llega y todo felicidad, la vida sigue. Yo sigo mojada dentro del monstruo. Sola. Mojada. Sola.
Un niño camina por un corredor exterior cubierto (maldita arquitectura de mierda… ahora quiero escribir mierdas y no encuentro más que “circulación exterior cubierta”… al menos cambié circulación por corredor…) con un globo púrpura, morado, violeta… lila no, púrpura si, morado si, violeta si. Suelta el globo y el globo se fue a la mierda pensé.
No, se quedó en el techo, el hilo que lo sostenía a la vista, pero inalcanzable. A la mierda, salados guambra, perdiste la bomba, a la casa y a aprender que para la próxima no se suelta el hilo en entrepisos mayores a los 2.50 (maldita arquitectura de mierda).
Pero no, llega gente, con un mastermop que sin lugar a dudas mide más que mis escasos 1.50 m de estatura. Intenta el primer comedido, slip, swip, puff, puff… no guambra, no hay chance… sonrisas, agradecen pero la gente sigue esperando. Es el globo de un guagua por favor!
Llega otro… misma estrategia, mismo fracaso. Mismo guagua sigue esperando.
A la tercera es la vencida dicen… pero no, aparentemente no es así. Tampoco es así que si uno desea mucho algo el universo conspira para que lo consigas. Eso tampoco es cierto.


Llega un cuarto… el siempre servicial guardia de seguridad. Yo sigo viendo, el aguacero externo paró, gotitas que joden a los alisaditos siguen por ahí… el aguacero interno amenaza con llevarse todo por falta de diques. Y por haber construido en laderas inestables (maldita arquitectura de mierda).
El guardia va con mejor técnica, talvez no es su primer globo… o talvez simplemente lo hace mejor que los demás… logra atrapar el globo con el mastermop gigante y cuando estaba a punto de llegar a las manos del guagua, plaf! se suelta otra vez… el globo otra vez al techo. Mismo guagua esperando. Misma Petite mojada.
Quinto: ahora si el guardia sabe que para que el guagua pueda coger el globo tiene que inclinar ligeramente el masterpop gigante hacia sus manitos. Atrapa el globo morado si, púrpura si, violeta si, lila no, y efectivamente lo inclina hacia las manitos del niño.


Pero el destino es una mierda, nada garantiza nada. Viene el viento, el globo se inclina hacia el otro lado y se suelta del mastermop gigante…. y se va… ahora si se va a la mierda, sale del corredor y sube al cielo negro que amenaza con otro aguacero.
Pasa frente a mi ventana el globito de mierda… yo estoy 2 pisos más arriba que el drama del niño, 2 pisos más arriba, 2 décadas adelante, 2 megaaguaceros internos de ventaja pero siento lo mismo. Siento la misma pérdida.
Si tan solo el viento no hubiera llegado, si tan solo el niño hubiera saltado, si tan solo alguien hubiera hecho algo, si tan solo todo fuera diferente. Pero no. El globo se fue, el niño se quedó triste, yo sigo mojada y lo peor de todo: la vida sigue.


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