lunes, 28 de julio de 2008

Maldito blogger

Tengo una terrible manía… no puedo sacar a la gente de mi vida aunque ellos ya me hayan sacado hace rato. Esto sería menos grave si el objeto de mi deseo no tuviera no solo uno sino al menos cinco blogs o páginas sobre su vida y un mundo de actividades públicas de las cuales siempre me entero de una u otra manera.

Como puedo olvidarme de este tipo si tengo la opción de entrar en su blog mil veces al día un busca de alguna pista de un regreso imposible?

Qué no puede dedicarse a otra cosa que no sea torturarme involuntariamente?

Qué no puede quererme otra vez?

viernes, 25 de julio de 2008

Colisión de estrategias

Hay seres que han nacido para sufrir en la vida (o al menos ellos así lo creen) y hay seres que han nacido para salvar en la vida (o al menos ellos así lo creen).
Lo que empieza como un rol para ocultar falencias internas, se convierte en un estado de vida y al final evoluciona en una estrategia de manipulación. Una estrategia muy eficaz para conseguir lo que se desea.

El víctima: al que la vida ha golpeado tanto, al que nadie entiende porque nadie ha estado tan triste como él, el que tiene el corazón tan herido por las circunstancias de su existencia. Solitario, introspectivo, excéntrico, emotivo… ese que necesita desfogar ese torbellino de emociones en actividades dignas de una víctima. Actividades en las que su complejo y único yo interior se libere. Actividades profundas y exclusivas, claro, ya que no todos han llorado como él y es solamente el inconformismo (y la tristeza detrás) el que lo lleva a explorar más su yo interior y a explotar al máximo su capacidad de crecimiento.
¿Qué esconde el víctima en su interior? Solo contadas personas en el su complejo círculo podrían llegar a entenderlo (o al menos él así lo cree).

El samaritano: tan capaz, tan inteligente, tan bondadoso. Él sabe lo que es el sufrimiento, pero ha sabido encaminarlo y ha logrado sobrellevar su pena con altura. El y solo él sabe cómo salir de los hoyos en los que cae. Le duele, si, pero al final no se deja abatir y sale airoso de los embates de la vida.
Inteligente, solitario, conceptual, poseedor de la verdad absoluta… encamina su existencia a cultivar sus experiencias, llenándolas de un halo de excepción y exclusividad, pues solamente a él le han ocurrido cosas tan poderosamente crueles y a la vez motivadoras.
Elige cuidadosamente a los que salvará, porque no todos son dignos de recibir esa sabiduría conseguida solo con la experiencia y el sufrimiento propios. No todos son seres buenos y puros.

El víctima es en realidad una persona vanidosa y egocéntrica que disfruta lo atrayente que es su supuesta personalidad emotiva. Lo que dura esa mentira en los demás es lo que dura su interés y su entrega. Tarde o temprano el víctima se convierte en victimario y es ahí cuando es mejor buscar nuevos caminos, el víctima buscará impresionar nuevamente y tendrá más historias fantásticas que contar.

El samaritano esconde a una persona profundamente insegura consigo misma, por lo tanto, el salvar y ser el centro de la vida de alguien es lo que ocultará momentáneamente esa realidad. El samaritano se vuelve victimario contra si mismo al pensar que necesita ser irremplazable para ser amado. Y se vuelve doblemente victimario al querer salvar a la fuerza. Nadie necesita ser salvado. Pero eso el samaritano no lo sabe.

Ahora imaginémonos un encuentro entre el víctima y el samaritano. El encuentro perfecto dirán ustedes, ellos se necesitan. Lo que no hay que olvidar es que no llevan estados de ánimo… llevan estrategias.

El víctima se encuentra con el samaritano. El víctima hace uso de frases que el samaritano siempre quiso escuchar. Solo contigo… nunca he sentido… nadie ha sido… solo tú…
El samaritano quiere salvar al víctima. El víctima no quiere ser salvado, ¡la tristeza es su encanto natural!.
El víctima deja de ser víctima a los ojos del samaritano. No puedo manipularlo, no soy irremplazable, no merece ser salvado.
El víctima necesita mantener esa posición para manipular a otros mientras sigan creyendo su estrategia.
El samaritano necesita ocultar su realidad.

Los dos, víctima y samaritano necesitan ayuda pero sus estrategias no son compatibles. Necesitan ayuda… pero profesional. ¡Jajaja!


(hoy me levanté extremista... aunque pensándolo mejor, soy extremista)


viernes, 18 de julio de 2008

El suelto ha vuelto

Hoy me levanté jurando que era viernes. Y siendo jueves sigo enojada por semejante error.
Y no es que los viernes sean de felicidad completa para mi… es que simplemente mañana no quiero venir a trabajar. Y si… cómo se imaginarán, estoy en el trabajo. Y no estoy trabajando. Estoy escribiendo.
Pero resulta que si mañana llego con el ánimo NO trabajador que me cargo en este preciso momento, estoy segura de que no pasa ni una semana y yo estoy fuera. Desempleada.


¿A qué viene todo esto?


A que todos tenemos malos ratos en el trabajo y obligaciones que en realidad detestamos cumplir. Pero nos toca.
Entonces no entiendo ¿por qué rayos, si yo tengo que cumplir también con la parte de mi trabajo que no me gusta, la otra gente no?
Y quién es esa “otra gente” a la que me refiero?
Pues esos, que cuando intento pagar me salen con la trillada frase de: ¿No tiene sueltitos?
Cómo me estorba esa gente (si, leyó bien, ESA gente).
Estamos acostumbrados al maltrato. Estamos acostumbrados a que la señora de la tienda no nos venda porque pagamos con un billete de $10. Nos encanta sentirnos desvalidos con un billete de $20 porque nadie nos va a dar vuelto.

Subirme a un taxi se ha convertido en fuente de relax. Sé que voy a pelear con cualquier taxista. Lo sé. Simplemente le pago con un billete de $10 y se desata la bronca. Y si, busco la bronca. Es mi estado natural.

Su responsabilidad como taxista es tener limpio el auto, tener los papeles en regla, manejar bien, conocer las calles y tener sueltos. En cambio mi responsabilidad como cliente es no ensuciarle el auto, ser cortés, saber exactamente a dónde quiero ir y tener dinero para pagar. Es un intercambio, ni usted me hace un favor al llevarme, ni yo le hago un favor al subirme en su taxi. Así que cumpla con su parte del trato y haga el favor de darme vuelto de ese billete grandooooote (¿se notó el sarcasmo?) que le di.

Eso es lo que generalmente inicia la pelea, porque invariablemente el taxista, señor de la tienda, señora del restaurante, señor de la panadería y un largo etc, de gente incompetente, no solo que no me quieren cobrar, sino que se enojan ¡porque no tienen sueltos pues! .
Y luego, muy campantes los incompetentes esos, pretenden que yo acepte un caramelito a cambio, o que yo pague 3 dólares en lugar de $1,80 que marca el taxímetro o, lo que más me indigna, que sea yo la que vaya a cambiar el billete.

Ja!... ahí es cuando exploto. Olvídense, eso no va a pasar nunca. Jamás voy a ir a cambiar un billete para pagarles. Ese es su trabajo. Trabajo que debe ser realizado ANTES de abrir su negocio o empezar a manejar su taxi. Si, ANTES.
Tómense 1 hora, vayan al banco y cambien lo que necesiten para que no se ganen el sobrenombre de incompetentes que les queda al pelo.

Antes simplemente yo despotricaba y como no me cobraban, pues me iba con la convicción de que se me arruinó el día. Hoy tengo una estrategia mucho mejor: arruinarles el día a los incompetentes.
No me bajo del taxi, no me voy de la tienda sin lo que quiero y no cambio el billete yo misma. Señor, usted verá que hace, pero yo no voy a sufrir porque usted no hizo todo su trabajo. Allá usted.

Se quedan fríos, no saben qué hacer, sus pequeños ojitos incompetentes miran hacia la derecha, miran hacia la izquierda con desesperación y al final aunque no quieran, YO gano y ellos pierden, porque así debe ser. No porque yo sea YO y ellos sean ellos (los incompetentes), sino porque YO cumplí mi parte del trato y ellos no. Toda estupidez tiene consecuencias. O me regalan lo que debería ser cobrado o sacan esos sueltitos tan adorados de los bolsillos.

Yo no colecciono monedas, cuando tengo sueltos, pago con eso… no entiendo porqué ellos coleccionan centavos. Ah!, es cierto!, porque nunca van al banco a cambiar los billetes grandototes! . Porque son incompetentes.

Y eso de darme caramelitos o una mentita a cambio... acepto siempre y cuando me caigan bien, sino se arma la bronca y es muy probable que yo intente darles un par de caramelos que siempre llevo conmigo en lugar de pagarles. ¿Se siente estafado?, ¡pues yo también señor!.

Muchas veces me han dicho que debo ceder y que entienda y que bla, bla, bla… pero ¿quién sale beneficiado en el caso de no reclamar?. Nadie. Ellos seguirán maltratando a sus clientes y yo me sentiré estafada siempre. Peleo por el bien común… y porque me gusta.

La tolerancia no es mi fuerte, tengo un carácter explosivo, a veces busco bronca, pero esta vez sé que tengo razón. He dicho.

(¿Se notó que escribí esto el jueves y recién lo publico hoy, viernes?, es que a pesar de que no haya tenido ganas de trabajar, me tocó. Y yo no quiero que me tachen de incompetente.)


lunes, 14 de julio de 2008

Detestable

Detesto a la gente que cree que mi tiempo le pertenece. Lo peor del caso es que esta gente abunda y no le importa en lo más mínimo que yo la deteste, de hecho a ratos parece que lo hicieran a proposito pensando que eso les agrega encanto. Pues están equivocados....

1. Si quedas en ver a alguien a una determinada hora, lo menos que pueden hacer es llegar o avisar que se demoran.
2. Si hay una reunión en la que tienes que participar, lo minimo que pueden hacer es avisarte con más de 10 minutos de anticipación para que puedas prepararte.
3. Si no te quieren, lo más aceptable sería que te lo digan para que tú dejes de planificar el resto de tu feliz vida y dediques tu tiempo a superar este hecho.

domingo, 13 de julio de 2008

Desequilibrio propio y ajeno




No toda distancia es ausencia, ni todo silencio olvido


Y si... estoy fuera. Entendido. Aceptado. Asumido.


Pero yo entiendo también que mis historias no se terminan hasta que yo haya dejado de querer. Y eso todavía no ha sucedido. Colarme a la fuerza en tu vida no es lo mío, seducir y hacer la caída de ojos, tampoco... lo mío es quererte aunque ya no estés.


No soy necia (bueno, a veces si...), pero el hecho de que me vaya no quiere decir que no te quiera más. Tal vez en 20 años que nos crucemos en la calle yo te siga queriendo... tal vez mañana empiece un tórrido romance con algún otro desequilibrado personaje y le ame más, quién sabe. Yo solo sé lo que siento hoy. Te quiero y no sé ni por qué.


Lo complicado de esto es que con el pasar del tiempo, mis sentimientos se hacen más duraderos y le tengo miedo a eso. Tengo miedo de amar toda la vida sin ser correspondida. Me cago del miedo.


Solo espero que este no sea el caso. Ahora siento eso... pero quién sabe y mañana no es así. Ojalá. En serio, ojalá que no sea así.




martes, 8 de julio de 2008

Lista de bienvenida

Tras superar algunos problemas técnicos y anímicos les doy la bienvenida y me disculpo por mi atraso. Antes de empezar nuestra relación blogística hay algunas cosas que tengo que poner en claro para que los posibles lectores sepan a lo que se someten al leer este blog.

1. Contrario a lo que esperaba de mi Petite y posiblemente muchos de ustedes yo tampoco tengo secuencia al escribir y mucho menos intenciones de informar cosas interesantes de la vida.

2. Lo que si tengo acumulado es un mundo de tonterías y emociones repentinas que quisiera compartir con ustedes... si les interesa y si encuentro una forma de expresarlo.

3. Si no les interesa, pues ni modo, aunque realmente creo que deberían darme una oportunidad, soy buena tipa (en serio... hay gente que lo podría confirmar).

4. Si les gusta lo que leen por favor comenten, así sabremos que aunque escribimos huevadas hay gente dispuesta a leerlas.

5. Como habrán podido notar me encantan las listas, me sirven mucho mientras encuentro una mejor forma de comunicarme, por lo tanto verán muchas más en el futuro.

6. Bienvenidos.

lunes, 7 de julio de 2008

Manda él.

El corazón tiene las dimensiones de un puño y su forma es semejante a las de una pera con la punta hacia abajo.
El corazón es el órgano que simboliza el amor, sigue el ritmo de las emociones.
Normalmente en una persona adulta, el corazón se contrae entre 60 y 70 veces por minuto, pero el de una persona enamorada muchas más... a veces llega hasta 100 sin que ni siquiera se de cuenta.
El corazón es el último órgano en rendirse, continúa latiendo incluso cuando está separado del organismo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más. Porque pierdes el control sobre él cuando está enamorado.
Cuando tu corazón late fuerte por otra persona, ya no eres tú quien manda. Manda él.

----

¿Cómo se puede decidir dejar de querer a una persona?.
Yo no tengo el carácter para eso. Yo no soy como esos que para dejar de fumar tiran un día el paquete de cigarrillos y no vuelven a fumar nunca más. Una vez lo intenté y esa misma noche fui a buscar los cigarrillos al cubo de la basura.
(Manuale D' Amore - Giovanni Veronesi)